Hoy día sabemos que el cáncer se desarrolla a partir de una alteración genética.
Antes que la confusión nos abrume, vale aclarar que una modificación genética no implica que la enfermedad sea de origen hereditario.
La expresión genética puede ser alterada por nuestro estilo de vida. Vale decir, nacemos con nuestra carga hereditaria, de eso no hay dudas, pero por medio de nuestras acciones tenemos la capacidad de influir y alterar el modo en que nuestros genes se manifiestan.
A esto le llamamos Epigenética.
Ahora bien, The North American Menopause Society (Sociedad Norteamericana de Menopausia), publicó recientemente un articulo que toda mujer debe tener en cuenta muy seriamente.
Los informes de expertos estiman que uno de cada tres casos de cáncer de mama podría prevenirse mediante modificaciones en el estilo de vida.
Esas modificaciones incluyen conceptos básicos como control de peso, actividad física, nutrición y consumo de alcohol, entre otros. La última investigación sobre gestión de riesgos y las recomendaciones de estilo de vida más recientes se presentaron durante la Reunión Anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS) en Chicago.
El cáncer de mama sigue siendo el cáncer más común en mujeres en los Estados Unidos y en todo el mundo. Ya se han completado numerosos estudios centrados en la prevención del cáncer de mama, muchos de los cuales apuntan a la misma conclusión; las modificaciones del estilo de vida ofrecen la mejor y más fácil forma de prevención.
En 2018, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer actualizaron sus recomendaciones de prevención del cáncer de mama clasificadas según el estado de la menopausia, cuando fue posible.
Las recomendaciones incluían algunos de los elementos modificables más comunes del riesgo de cáncer:
- Para las mujeres posmenopáusicas, existe un riesgo aumentado de cáncer de mama de 1.5 a 2.0 veces si una mujer es obesa.
- Se sugiere que la grasa corporal aumenta el riesgo de cáncer como resultado de la hiperinsulinemia, el aumento de estradiol y la inflamación.
- Los Centros para el Control de Enfermedades estiman que la actividad física sola podría prevenir uno de cada ocho casos de cáncer de mama.
- El alcohol es un carcinógeno atribuible al 6,4% de los casos de cáncer de mama.
- Cualquier cantidad de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de seno y cuanto más bebe una mujer, mayor es su riesgo de cáncer de seno.
- El Proyecto de actualización del cáncer de 2017 observó una relación inversa significativa entre el consumo de vegetales sin almidón y un menor riesgo de cáncer de seno.
La Dra. Juliana Kling de la Clínica Mayo en Arizona indica claramente que:
«Dada la magnitud de la aparición de cáncer de mama y la evidencia acumulada que respalda la prevención como la estrategia más rentable a largo plazo para reducir el riesgo de cáncer de mama, la educación sobre el estilo de vida centrada en las recomendaciones de prevención del cáncer del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer debería ser un componente central de visitas de rutina al paciente «.
Esta información debería ser considerada como muy valiosa, no solo por las mujeres en riesgo, sino también, y muy particularmente, los profesionales médicos que deben aconsejar y guiar a sus pacientes en la adopción de estilos de vida más saludables que permitan prevenir el desarrollo de la enfermedad.Fuentes:
Fuentes:
https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=94924
https://www.menopause.org/